lunes, 24 de febrero de 2014

He empezado a escribir algo parecido a unas memorias. La idea ha nacido de una combinación de recuerdos de películas, libros, o series en las que el protagonista escribía a un amigo imaginario, una abuela o abuelo que murió, un padre o una madre que perdió... Todos tienen en común que lo que va a ser escrito no va a ser leído por sus destinatarios, y puede que por nadie más que el autor o autora.

Y es que es así como me siento. Últimamente mis pensamientos me han llevado a concluir que no necesito compartir lo que pienso como solía hacer. Sino que lo que voy a hacer es lidiar con ello yo solo, fijándome en todos los giros, reversos y vueltas que dan mis pensamientos, y así tratar de conocerme mejor.

No es nada fácil, por supuesto. Y menos para mi, que estoy acostumbrado a comentar mis derivaciones con mis más allegados... Aunque éstos no tengan nada que ver, y aunque pueda que les de igual. Yo soy de compartirlo. No sé, pensaba que así tendría una segunda opinión que esclarecería el problema, si de ello se tratase, o que cambiaría el punto de vista.

Pero hasta ahora llevaba haciéndolo así, y no sé, quizá pensé que tenía que dar un cambio en mi vida. Y quizá este cambio es el más asequible por el momento.

Quizá la decepción me hizo cambiar, como una esporádica amiga me dijo que había hecho ella misma.

O simplemente lo que pasa es que me falta algo, me falta alguien, y hasta que no lo arregle no voy a sentirme predispuesto a hacer con otras personas lo que hacía con ella.

Quizá le doy demasiada importancia a las cosas. Cosas que igual no la tienen. O quizá tengo razón, tal y como mi experiencia personal en este tema en concreto me dice.

Quizá parezca que esto no sirve de nada, pero llevaba mucho sin escribir, y no quería perder el ritmo del todo. La última vez fue por mucho tiempo.